sábado, 10 de noviembre de 2012

129

Desde hace tiempo tengo bastante claro qué quiero ser y en dónde. El “qué” es periodista y, aunque ahora que ni siquiera he empezado la carrera y parezca hasta utópico, El País siempre fue el dónde.

Mentiría si dijese que no me duelen sobremanera los ERE, a pesar de que no conozco personalmente a ninguno de los afectados. También me duele la herida que arrastra el periodismo en este país desde hace años. Una herida que parece que jamás dejará de sangrar.

Becarios que deberían llamarse hermanitas de la caridad, trabajadores con un sueldo de risa, intrusismo laboral y directivos que cobran más que toda una redacción junta.

En la Cadena SER hubo el pasado verano 200 despidos, la TV de la Comunidad Valenciana anunciará este lunes otros 1198, Unidad Editorial (Marca, El Mundo y Expansión) antes del 31 de diciembre comunicará a 150 empleados que no deberán volver a desempeñar su trabajo, Vocento busca desesperadamente la fusión con otra empresa para salvarse de la catástrofe. También es conocida la historia de Público: ha dejado de sacar su edición impresa y se vio obligado a realizar un ERE de 39 trabajadores. Desde 2009 más de 9.000 periodistas han engordado las listas del paro.

129. Esa es la cifra. Podría ser el número de veces que Cebrián debería bajarse el sueldo o la cantidad de ocasiones en las que debería pedir perdón. Pero no. Es el número de periodistas (algunos como Miguel Ángel Villena o Ramón Lobo) que han sido avisados de la tragedia mediante email un sábado por la tarde y a los que se les aplicará la nueva reforma laboral. Mientras, Juan Luis seguirá jugando a ser un corderito de Wall Street mientras se embolsa 13 millones de euros cada año. La vergüenza es poca.

Ahora sólo nos queda ese periódico en el que Boris Izaguirre escribe cómo va vestido Sergio Ramos y en el que personas como Enric González ya no tendrán cabida. Hoy muere, y me hastía el alma, una parte de todos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Del Santiago Bernabéu a la Tierra Prometida

Podría escribir este post cien años después que las sensaciones al recordar un solo segundo del concierto serían exactamente las mismas. Lo cierto es que no sé ni por dónde empezar.

Las 12 horas que estuve en las alrededores del Santiago Bernabéu haciendo cola o esperando a que pasaran lista, parecieron no merecer la pena cuando a las 21:00, hora a la que se suponía que tenía que empezar el concierto, tenía los gemelos cargados, las rodillas agarrotadas y una pierna dormida. 
Fue entonces cuando sucedió. El Universo se debió alinear con la perfección a las 21:34 y proyectó en el escenario las figuras de ÉL con ELLOS y, claro, dejó de dolerme todo. 

Si habéis ido a conciertos o a cualquier acto multitudinario en donde la gente tiene algo en común contigo, sabréis que de las cosas más gratas que hay es conocer gente y las historias que llevan consigo. Para vuestra información, antes del concierto, tres números por delante, estaban los portugueses que habían conseguido con su cartel que Bruce tocara en Barcelona Prove It All Night con la mítica intro que no hacía desde el 78. Detrás de mí había un gijonés que había recorrido medio mundo haciendo Dios sabe qué y con Dios sabe quién. Después conocí a otra chica que venía de Ibiza, a cuya hermana le había dado una lipotimia. Pero el señor de gafas que estaba a mi lado... ese fue el mejor. Había visto a Springsteen 19 veces, casi siempre solo. "Siempre se conoce a gente", decía. "Cada vez que voy a un concierto mi mujer se enfada, llevo diez años diciéndole que es la última gira y este tío no para nunca. Una vez le dije que íbamos a Valencia con la excusa de pasar un fin de semana allí, pero yo iba a ver a Bruce". 

De esa manera amenicé la espera hasta que salió El Rey León con la camada de bestias indomables. Ya me había advertido el mismo señor de gafas (y yo misma lo había visto miles de veces en vídeos de YouTube), que como tocase Badlands para abrir el concierto, el estadio se vendría abajo. Y así fue. Las 60.000 almas que saltaron al ritmo de las Malas Tierras pudieron saborear La Tierra Prometida, para después no rendirse durante lo que quedaba de noche. 

Durante la noche todos observamos un tramo de completo éxtasis con YoungstownMurder Incorporated y She's the One después tocar una impecable Be True, pasando luego por un Waitin' on a Sunny Day alegre y ameno, que cantó con un niño de apenas dos años, que sintió la envidia de tantas personas como allí se encontraban. 

El concierto tuvo sitio hasta para el hombre más extraño que Springsteen haya conocido jamás, según sus propias palabras. El gran Southside Johnny se unía a la fiesta para interpretar, entre risas y compadreo, Talk to Me. 

Imagino que sabréis la historia. Ignacio era un fan que iba a asistir al concierto, pero murió dos semanas antes por culpa de un tumor. Su familia y amigos movilizaron las redes sociales con el objetivo de que el de Nueva Jersey tuviese unas palabras para él.
De repente, llegó el momento que siempre voy a recordar como uno de los más especiales que jamás haya yo vivido. Las luces se convirtieron en azules y Bruce dedica la canción a Nacho. Ya antes de que sonara la armónica, mis ojos se tornaron vidriosos, empezó The River y el río empezó a fluir por mi rostro.

Por cierto, cómo me gustan las luces azules... la siguiente vez que se iluminó el escenario de ese color sonó una Thunder Road enorme. Un saludo a la señora que estaba al lado mío cuando Bruce ha tocado las primeras notas. Debió pensar que me estaba dando un ataque al corazón, de esos que te dan por sobrepasarte con las emociones, cuando tu corazón va más rápido que tu cabeza o cuando estás a 50 centímetros escasos del Boss. 

Springsteen nos condujo desde la Carretera del Trueno a los bises. Brutales. Escuchar Born to Run de esa manera o soñar despierta con que Bruce te saque a bailar en Dancing in the Dark, aunque no lo hiciese, mereció mucho la pena. Después de Twist and Shout (también con Southside) y 3 horas y 48 minutos de concierto, el más largo de su carrera, nadie se acordaba ya del dinero de la entrada. De hecho, los que estábamos allí estafamos a todos aquellos señores que estaban subidos en el escenario. Es así. Nadie más ha dado nunca tanto por tan poco. Y es que...

<<Madrid! You've just seen the heart-stopping, pants-dropping, house-rocking, earth-quaking, booty-shaking, Viagra-taking, love-making, le-gen-dary... E STREET BAND>>



martes, 12 de junio de 2012

El absentismo laboral de la señora Democracia

Situación surrealista la vivida hoy en el Congreso de los Diputados de Madrid. El PP de Valencia, usando a un portavoz imputado en la trama Gürtel, ha abierto un estéril debate durante una hora, teniendo la intención de castigar la afrenta y el ultraje a la bandera, al himno nacional y a la Casa del Rey durante los actos deportivos. 

No seré yo quien defienda que en estos tiempos de debilidad y malestar económico en la cámara sólo se hable de soluciones para la economía, pues pienso que no hay que volcarse de lleno en una materia y descuidar todo lo demás. Pero no voy a tolerar que se hagan propuestas que vulneran la libertad de expresión de cada persona, animal o pistacho mientras se eluden temas de vital importancia y nos venden fracasos como épicas victorias.

Lo absurdo del asunto ha hecho que el presidente del Congreso pidiese a su propio partido que retirase la propuesta por incompatibilidad constitucional.

Un partido que nace en democracia y que consigue el poder gracias a la democracia no puede ir en contra de ella. Y eso ha pasado hoy en el Congreso. Me pregunto si pensaban llamar a la Policía del Pensamiento de Orwell para preservar el "prestigio" del Estado Español o si les iban a dar un pin a los numerosos grupos ultras autodenominados fascistas que no paran de cantar el alegre "Viva España" de Manolo Escobar.

La politización del deporte me asquea. Sea de izquierdas o de derechas. El deporte nació para unir y los grupos ultras, a los que, lamentablemente, los equipos acceden a darles cabida, deben desaparecer de los recintos deportivos.

Cruzando el Mediterráneo vemos como a Grecia le llegan noticias desde Bruselas hablando sobre un posible corralito financiero. Analizando la situación te das cuenta de que es sólo una mera estrategia y que lo único que pretenden es instaurar el miedo de cara a las elecciones. A Europa no le interesa que los partidos, hasta hace unos meses minoritarios, se hagan con el poder. Les interesa que el bipartidismo continúe y que sigan siendo obedientes con las políticas dictadas desde Alemania, Bruselas o sólo Dios sabe dónde. Pretender que una población tenga pavor a unos resultados electorales deja entrever la falta de predisposición que tiene la Unión Europea, antaño admirada, en que el pueblo sea soberano.

Democracia, me gustas. Y ya no porque estés ausente, sino porque parece que nunca más a volver a ser tú.

lunes, 12 de marzo de 2012

Bruce

Llevo varios días intentando escribir algo parecido a lo que estoy haciendo ahora mismo. Ha tenido que sonar The River para que me ponga a ello. Quería plasmar lo que pienso del nuevo disco de Bruce nada más saliese éste, pero se me echó el tiempo encima y llegué a la conclusión de que ese texto, una especie de crítica, estaba ya caducado. Hoy me he dado cuenta de que cualquier objeto, animal, cosa o persona relacionada con Bruce Springsteen no tiene fecha de caducidad. Nunca. 

El disco es notable. De sobresaliente. Probablemente de lo mejor que ha sacado en los últimos años. Pero no vengo aquí a hablar de su CD, ni tampoco de las canciones que contiene. Vengo a hablar de él. De mi religión. De la que Dylan es la máxima deidad y Bruce es el profeta. Mi mesías particular. Lo cierto es que al principio de los tiempos, el de Nueva Jersey, que tenía el pelo desaliñado y largo, además de una barba descuidada, se daba unos aires a aquel señor que afirmaba ser hijo de Dios hace unos 2.000 años. Ese que cambió el mundo. Bien. Bruce, y antes lo hizo Bob, también lo han cambiado. Por lo menos el mío.

Este texto no trata de Rubalcaba, ni sobre Rajoy y su cumplidísimo programa electoral. Ni sobre Rosa Díez o cualquier otro personaje de ese estilo. Tampoco sobre la fallecida ETA. No voy a hablar sobre los numerosos casos de corrupción que campan a sus anchas por el territorio político español, esos que hacen de España un país peor, que sangra por el costado económico y, sobre todo, en su talón de Aquiles. La corrupción. Este texto se olvida de la horrenda situación en la que estamos y a la que nunca habría que desatender. Este texto va conmigo. Y con Bruce. 

Antes de empezar con la orgía de sentimentalismos hacia el genio que nació para correr, os contaré un par de cosas que leí el otro día en una especie de decálogo que Manel Fuentes escribió en el prólogo de un libro-biografía sobre el líder de la E Street Band. Me llamaron la atención dos afirmaciones: decía que los verdadero fans no le llamamos Springsteen. Lo llamamos Bruce. Y que todo admirador de Springsteen (perdón, de Bruce) siempre desea y deseará explicarle a Bruce Springsteen, en persona, lo importante que es para nosotros y que no somos como los demás. Que nos ha cambiado la vida, pero que ese cambio es diferente al del resto. Y es cierto. Todos nos sentimos así. Nos pensamos que somos únicos y que a ningún otro habitante del planeta se le han erizado los pelos de la misma manera que a uno mismo, mientras escuchas The River o el disco "Nebraska" completo. 

Todos tenemos que estar agradecidos a una persona. Adele Ann Zirilli. Una secretaria de administración que decidió, en medio de una tempestad económica, comprarle una guitarra de 14 dólares a su hijo Bruce. Encima, no contenta con lo que había hecho tres años atrás, pidió un préstamo para comprarle otra de mejor calidad por lo que, en aquel entonces, era una fortuna para una familia obrera. 60 dólares.  
El mérito de Adele no es sólo surtir de guitarras a su hijo. Se vio obligada a sacar adelante a una familia de tres muchachos prácticamente sola. Tanto ella como sus tres hijos sufrieron las ausencias y los problemas de autoestima de su padre, Douglas (veía mermada su virilidad al no ser él quien traía el dinero a casa), que siempre tuvo problemas para encontrar trabajo. No me alegro de todo esto, pero soy consciente de que estas difíciles circunstancias han sido el factor determinante que ha fraguado la personalidad de The Boss. Y que muchas canciones han partido de las situaciones que Bruce experimentó durante sus 20 primeros años. 

Puedo recordar de qué manera llegué hasta Él. Con la tierna edad de 11 o 12 inviernos, allá por 2007 o 2008, era muy dada a aprovechar las ausencias de mi hermano sin su iPod de 3 kilogramos. Jugaba al Vortex mientras escuchaba música en modo aleatorio. A pesar de comerme la discografía completa de Bob Dylan, y gran parte de la batería del cacharro, me costó mucho tiempo dar con Bruce. El muy condenado sólo tenía una canción. Born in the USA.
Recuerdo cuando la escuché. Mi nivel de inglés era tan escaso que apenas entendía que Bruce había nacido en los Estados Unidos de América. Probablemente ni siquiera sabía demasiado sobre la Guerra de Vietnam. Pero el sonido era mágico. Me electrificó por completo. La batería de Max Weinberg haría a mi corazón sonar al mismo ritmo durante varios días, e incluso semanas. Fue un flechazo. 

No sé cómo he llegado hasta hoy. Si hubiese una enfermedad de Springstinianismo, de sobreescuchas de mis canciones preferidas de Bruce, me considero culpable de tenerla. Y, como decía Oscar Wilde, yo misma me colocaré las cadenas. 

Bruce es el rico que canta para los pobres. O eso dicen. Muchos le desacreditan, porque piensan que no tiene derecho a hablar de pobreza, de la situación de los "workers" americanos desde su mansión en nosédónde. O de la crisis económica. Me hace mucha gracia que alguien le ponga puertas al campo y establezca sobre lo que debe o no hacer semejante genio. Lo mejor es dejarlo en libertad. Que Bruce paste por los campos americanos de la hipocresía y siga componiendo genialidades. Y si esos que hablan alimentan a la bestia, por favor, que sigan hablando. 

He hecho de mi vida una órbita que gira en torno a la E Street Band. He disfrutado más que sufrido con Él y con ellos. De hecho, el único momento de sufrimiento me lo ha causado las idas y venidas de la muerte. Cuando, después de un revés del que a los fans todavía nos cuesta levantarnos, Clarence Clemons decidió irse para siempre. Llegué a pensar que ahí se acababa todo. Y es por eso por lo que, aunque pareciese imposible, quise todavía más a Bruce. Porque fue capaz de mirar hacia adelante, sacar un disco y poner en marcha una gira mundial. Agradecimiento eterno por ello. Y por mantener vivo el espíritu de la Calle E. Porque ni Clarence ni Federici dejan la E Street Band cuando ELLOS mueren. La dejan cuanto TODOS mueran. 

No sé cuántas veces habré escuchado Born To Run, The River, Bobby Jean o Thunder Road, pero de lo que estoy segura, siempre que el azar de iTunes decida premiarme con alguna de estas canciones, es que no será la última vez. Me dejo cosas en el tintero. Sobre todo muchos sentimientos que son inexplicables a través de las letras de un blog que Él nunca leerá. 

Aprendí más en una canción de tres minutos que durante toda mi vida en el colegio. Y Bruce es el culpable. Que le coloquen las cadenas y le impongan la pena de la inmortalidad.

jueves, 2 de febrero de 2012

El 38º Congreso del PSOE. Los candidatos.

A partir de este viernes 3 de febrero, y hasta el domingo 5, se celebra en Sevilla el 38º Congreso Federal del Partido Socialista Obrero Español. Tres candidatos (sí, tres) se presentan para ser el nuevo Secretario General en estos duros tiempos para el grupo de la oposición. Alfredo Pérez Rubalcaba, que demuestra que todavía hay resquicios de Felipismo en la agrupación Socialista; Carme Chacón, la juventud y el post-zapaterismo y Antonio Quero, que es la incógnita de esta ecuación. Los tres finalizan sus campañas, unas más intensas que otras, para escribir en Sevilla, junto con los 956 delegados, el futuro del PSOE.

-Alfredo Pérez Rubalcaba. Algunos dicen que es demasiado viejo para esta aventura, pero lo cierto es que parece que el cántabro está en plena forma. Ha recorrido España por segunda vez en muy poco tiempo, haciendo una campaña íntima con el militante y el simpatizante. En lugares con aforo reducido, y dando primero un mitin de cara a la prensa, los que hemos podido ver a un Rubalcaba sin cámaras, después de que los periodistas abandonan la sala, hemos disfrutado de una clase magistral de retórica. Puedes estar de acuerdo o no con sus ideas o propuestas, pero Alfredo es capaz de convencer a un chino de que es japonés. Siempre he dicho que la Universidad se perdió a un buen profesor de Química, pero España ha ganado a uno de los mejores oradores del panorama político. En estos actos semi-privados, el de Solares se destensa y se muestra como una persona un tanto egocéntrica, que lleva dentro lo de explicar y con un sentido del humor muy agudo.
Cuenta con los apoyos de caras importantes como la de Patxi López o el mismísimo Felipe González. Le avalan sus notables actuaciones en los ministerios de Educación e Interior, en donde fue una pieza clave para derrotar al terrorismo. Me atrevería a decir que es favorito.

Alfredo quiere empapar al PSOE de democracia interna, de debate, de participación. Ha hablado de primarias, pero parece lejano. Se quiere acercar al militante. Si gana, veremos si su supuesta modernización y regeneración era sólo cuestión de populismo y un método para conseguir votos o, por el contrario, cumplirá con todo lo que ha prometido.
-Carme Chacón. La catalana también se ha dedicado a prodigarse en ambientes pequeños, buscando cercanía y abriéndose al debate. Parece que está de moda entre los socialdemócratas tener ante los militantes una postura más democrática que antaño. Era vox populi la poca participación de los integrantes de segunda línea del partido en los temas importantes. Habla, igual que Rubalcaba, de primarias, pero parece algo difícil. Muchos pesos pesados no están de acuerdo en que se abra un proceso electoral para elegir a los líderes. Miguel Ángel Moratinos en un acto de la plataforma "Mucho PSOE por hacer" en Tenerife, me comentó que él lo había propuesto hacía tiempo, pero, según sus palabras, "se rieron de mí, me llamaron 'afrancesado". Carme aboga por la juventud y la regeneración. Son sus principales bazas y está dispuesta a jugarlas bien. Entre sus apoyos se encuentra el ex-ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, que, junto a Pedro Zerolo, hizo de anfitrión en la presentación de la candidatura en Canarias.
Chacón asegura que ganará con una amplia ventaja al otro candidato. 501 delegados la votarán a ella frente a los 421 que votarían a Alfredo.
-Antonio Quero "el desconocido". Quero no ha hecho una campaña como sus otros dos rivales. Ni tan mediática ni tan estrafalaria. De hecho, no ha conseguido el  30% de los avales requeridos para presentarse. Nadie le podrá votar.

De él sabemos que se afilió al Partido Socialista Francés y luego al PSOE en Bruselas. Es el creador de "Bases en la Red" y ha trabajado en la Comisión Europea, que se encarga del poder ejecutivo de la UE. Ha tenido mucho peso en la política exterior socialista. Colaboró con la Autoridad Palestina elaborando planes de materia antiterrorista, también lo hizo en Asia. En 2004 se unió al Gabinete de Asuntos Económicos y Monetarios. Ha viajado alrededor de todo el mundo, sabe idiomas y es una persona muy preparada. Probablemente haya querido dar el paso para llamar la atención y tener un papel más relevante en la política española en los próximos años. Es un movimiento inteligente.


El Congreso, gane quien gane, debe traer serenidad y calma al PSOE pero sobre todo, regeneración. Ahora en una etapa muy turbia, deben afrontar una oposición complicada frente a la mayoría absolutísima del PP. Han de salir reforzados y la unidad es el único camino. De aquí saldrá, probablemente, el futuro presidente del Gobierno de España. Hay que prestarle atención. Los que hoy están a favor de Rubalcaba o Carme Chacón, mañana tenderán una mano al ganador y las puñaladas volarán por la espalda. Política. Que siga el juego.