martes, 3 de marzo de 2015

Nos mudamos, amigos!

Nos hemos mudado a un nuevo dominio. Allí seguirás encontrando las entradas que en su día publiqué aquí y algunas nuevas que iré escribiendo a lo largo del tiempo.

https://crismagdaleno.wordpress.com/

lunes, 26 de mayo de 2014

Que empiece el juego

Europa se levantó el domingo electoral con resaca tras la final de Champions, pero se fue a dormir con un dolor de cabeza que probablemente durará otros cinco años. 

¿El resumen? Panorama desolador para PP y PSOE, que no alcanzan ni el 50% de los votos. Podemos pudiendo e IU, terceros, preguntándose por qué no los atajó de golpe cuando se plantearon ir juntos en las listas. UPyD, otra vez, recoge menos diputados de los que esperaban internamente, siendo relegados a la quinta fuerza y consiguiendo un resultado agridulce (aumentan tres escaños) que sabe a poco. De resto: previsible ascenso de los partidos minoritarios, abstención abrumadora y la sensación de que la derecha gana perdiendo y que la izquierda está muy falta de líderes. 

María Dolores de Cospedal salió a hablar en Génova acompañada de Miguel Arias Cañete. Realizó un análisis de la situación haciendo gala de un optimismo desmedido y nada cabal: “El Partido Popular español ha ganado las elecciones con 16 escaños y con una diferencia con el segundo (PSOE) de tres puntos: un escaño más de ventaja que en las pasadas elecciones europeas”. Es la manera bonita de contar que han perdido 16 puntos, ocho asientos y 2.6 millones de votos. Eso sí, refugiándose en la nueva debacle del PSOE. Tenían preparada una fiesta en Génova, con pancarta gigante en el famoso balcón y un catering a la altura de su candidato. Sin embargo, el apagón de luces y la asistencia de únicamente seis simpatizantes fue la señal inequívoca de que allí nadie iba a celebrar nada. Y con razón. 

(Foto de Alberto Lolli, El Mundo)


Si algo va a salvar a Mariano Rajoy y a su Gobierno será la victoria de los populares europeos. Además, volverá a hacer gala de su deliberado menosprecio a la voz de millones de españoles. Es lo único que le permitirá continuar con el paquete de reformas avalado por Angela Merkel si hace caso omiso (que lo hará) al flagrante sentimiento de rechazo hacia sus políticas. Se refugiará en el éxito de Juncker y en la nueva coyuntura de dominio conservador en el Parlamento Europeo mientras en España pierden esa mayoría social (habría que ver si alguna vez existió) con la que se llenaban la boca hace no demasiados meses. 

No hay constancia de que haya una persona más feliz que ese pseudo mesías con coleta y barba que, desde la nada, consiguió cuatro escaños cuando las encuestas no le otorgaban ni uno. Pablo Iglesias seguirá viviendo hoy en una nube, con un ojo puesto en el Parlamento Europeo y otro en las próximas elecciones generales a las que, como ha dicho ya en varias ocasiones, está dispuesto a presentarse si sus compañeros se lo piden. 

Podemos nació hace solo cuatro meses amparado bajo la figura carismática de un tertuliano televisivo que, en sus ratos libres, es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Y se rodeó de gente de la calle, nutriéndose de la ideología y de la masa social del 15M: los otros cuatro nuevos europarlamentarios son un profesor de secundaria, un ex-fiscal, una camarera licenciada y un investigador del CSIC. Se erigen como “la alternativa a los partidos de la casta” llevando en su programa electoral medidas tan controvertidas como la salida del euro o la voluntad de dejar de pagar inmediatamente la deuda externa. 

Apaleados por la formación de Pablo Iglesias, que les superó en Madrid, Izquierda Unida acabó la jornada electoral con la certeza de que podrían haber hecho más. Vuelven a subir y arrancan votos a toda esa amalgama de gente que, descontenta con el PSOE, busca otra opción política con un tendencia, al contrario que UPyD, VOX o Ciudadanos, de no girar hacia la derecha. 

Una vez más, nuevo triunfo del soberanismo en Euskadi (PNV y EH Bildu dominan completamente el panorama político con un PSOE que los mira ya muy de lejos y un PP que jamás estuvo peor) y en Cataluña, cuya participación subió en más de 8 puntos respecto a las anteriores elecciones. Allí, ERC, el partido que lidera Oriol Junqueras, un profesor de Historia, consiguió doblegar a los partidos nacionales y también a su compañero de Gobierno, CIU, al que superó en casi 50.000 votos. 

El resto de partidos minoritarios, como se esperaba, cosechan grandes resultados que trastocan el tradicional espectro político español, que cuenta ahora con más representación de jóvenes formaciones: UPyD pasa de uno a cuatro diputados, Ciudadanos se abre paso con dos y envía a Bruselas al ex-socialista Javier Nart y Primavera Europea (en las listas con el Partido Verde Europeo), formado por Compromís y Equo, entre otros, consigue un sillón en la Eurocámara.

¿Y el PSOE? ¿Qué ha pasado con el PSOE? Quizá merecen páginas aparte. Artículos aparte. Descalabro. Hundimiento. Derrumbamiento. Desplome. Caída. Catástrofe. Cataclismo. Hecatombe. ¿Lo ha definido así Pedro Piqueras? No. Simplemente es la más pura y absoluta realidad. 

Bien es cierto que el Partido Socialista Obrero Español pudo estar abocado a estos resultados desde que presentó la lista con la que concurría a las europeas. Una lista elegida sin tener en cuenta a militantes y simpatizantes y escandalosamente afín a la Ejecutiva federal de Alfredo Pérez Rubalcaba. Liderados por Elena Valenciano, históricos del partido como Ramón Jáuregui o Pepe Blanco quizá vislumbraban la enorme derrota, no sólo del partido sino de su propia dirección, y buscaron un hueco lejos, en el Parlamento Europeo. Un lugar tranquilo, apacible e idílico. Excelente para iniciar el retiro de la política si sabes que las cosas se van a poner feas en tu propia casa. Y así ha sido. Se han puesto muy feas. 

Extremadura, Asturias y, sobre todo, Andalucía, han sido los bastiones que han soportado el desastre socialista. Susana Díaz se erigió ayer como la figura con más peso en el partido y se convirtió hoy en una más que probable candidata a ser la nueva Secretaria General que tendrá la tarea de regenerar por completo al PSOE. Una tarea en la que Rubalcaba fracasó desde el principio. Aunque no era de extrañar. La huella de Felipe González venía marcada en su amplia frente no sólo porque formó parte de su aparato ejecutivo siendo su ministro, sino porque fueron los movimientos del ex-presidente y las llamadas de última hora que éste realizó las que permitieron al de Solares convertirse en Secretario General en el Congreso de Sevilla de hace poco más de dos años. 

Para que comprendáis la magnitud de la catástrofe, en lugares históricamente socialistas como la ciudad de Barcelona el PSOE se ha visto relegado a la cuarta fuerza. Aunque, también es verdad, ha sido de vital importancia recuperar otra ciudad histórica para los de Ferraz: Sevilla, que en las generales y en las autonómicas anteriores fueron a parar a manos de los populares andaluces. Un resquicio de esperanza insuficiente que no maquilla nada, pero ayuda.

¿Qué cabía esperar tras el declive? La militancia clamaba la dimisión del Secretario General, que se reuniría al día siguiente con su Ejecutiva para valorar el panorama y tomar medidas de peso que ayudasen a reorientar un PSOE que lleva moribundo desde que salió del Gobierno. Pero Rubalcaba fue comedido hasta en su despedida: no se atrevió a dimitir. O no quiso. Salió a dar la rueda de prensa con un aire exhausto, con aspecto cansado (aunque es difícil distinguirlo de su aspecto habitual) y convocó un Congreso Federal Extraordinario para los días 19 y 20 de julio. Cuatro meses antes de las primarias abiertas para elegir candidato a las elecciones generales, fijadas para noviembre según el calendario socialista. Y a la pregunta de que si pensaba presentarse respondió con una media sonrisa y un suspiro que sonaba a derrota: “Debo estar perdiendo reflejos. No les he sabido transmitir que naturalmente que no me presento”. 

(Foto del Huffington Post)

El revuelo ahora es enorme. Muchos pesos pesados desde dentro del PSOE, como Edu Madina o Juan Fernando López Aguilar, exigen que las primarias sean celebradas antes que el Congreso. Y tiene sentido. De celebrarse primero el Congreso es muy probable que el ganador salga con tanta fuerza que mutile totalmente al posible candidato de unas primarias que dejarían de oficiarse por falta de aspirantes. Y no sólo eso. Si el Partido Socialista sigue el método tradicional, el nuevo vencedor será hijo de los mecanismos habituales en estos Congresos: los tejemanejes y las conspiraciones de veteranos como Pepe Bono, Alfonso Guerra o el propio Felipe, además de la frecuente presión que ejercen sobre los delegados el resto de barones. 

Hay otra incógnita. Si el que salga victorioso de esas hipotéticas primarias es una persona diferente al candidato elegido en el Congreso Federal, previsiblemente se generará una bicefalia cancerígena. Imaginemos que el ganador del Congreso es Eduardo Madina y la ganadora a las primarias Carme Chacón. La falta de un liderazgo claro acabaría haciendo mella en un PSOE que precisa de una figura con el carisma suficiente como para capitanear el renacimiento de un partido que necesita estar más cerca de los militantes y más lejos de los dinosaurios hijos de la Transición que, si bien fueron importantes en su momento, son ahora un lastre que el PSOE lleva pagando mucho tiempo. 

En definitiva, las elecciones europeas han conducido a una enorme sacudida a la política española y a la política europea, donde los partidos de extrema derecha de Francia y Reino Unido suponen otra gran preocupación y amenaza que se suma a la desazón y a la angustia provocadas por la crisis económica. La ciudadanía quiso llamar la atención y lo ha conseguido. Ahora se sitúan expectantes a lo que pueda o no ocurrir, a la espera de profundos cambios. El bipartidismo en España ha sido quebrado y ya no disfruta de esa salud vigorosa de la que antaño presumía y tendrá que hacer caso al mensaje que les lanza el pueblo si no quieren caminar hacia la irrelevancia o verse sobrepasados por las formaciones minoritarias. No agrada la dictadura de los poderes financieros en Bruselas y no agrada tampoco la falta de autonomía política de la que gozan los partidos de Gobierno elegidos democráticamente. El global de las elecciones dan a entender un pequeño cambio en la política de austeridad y recortes que marcaba el Europarlamento, pues la derecha europea ha perdido la mayoría con la que contaba en la anterior legislatura y dependerán más de los socialistas, con los que es posible acaben compartiendo el poder. 

Nadie imaginó que unas elecciones con tan baja participación y generalmente con muy poca envergadura podrían desencadenar todo un huracán de reacciones, dimisiones y proyectos de cambio. La cabeza de Rubalcaba se sirve ya en el catering de Ferraz y la de Rajoy se verá muy pronto a través del plasma presentando al próximo candidato del PP a las elecciones de 2015. Se avecinan luchas de poder, guerras internas y batallas dialécticas en el seno de los dos grandes partidos. Que empiece el juego. 


jueves, 30 de enero de 2014

Hasta luego, Pedro Jota

A Pedro Jota Ramírez jamás le consideré adalid del Periodismo. Creó Diario 16 de la nada y creó El Mundo de la nada. Como Dios. Navegó por los mares de la actualidad agarrando con una mano el timón y con la otra sus tirantes. Y naufragó. Naufragó muchas veces. Se chocó contra trenes, conspiraciones y Presidentes, pero ahí siguió. El pirata Pedro Jota encontró los tesoros que hacen que, a día de hoy, El Mundo sea el periódico más leído en España. 

Toda la vida pensé que a Pedro Jota o lo amabas o lo odiabas. A lo largo del 2013 me situé en medio de esas dos Españas y reconocí por primera vez el increíble e inmenso trabajo que estaban llevando a cabo. Era un hecho puramente objetivo. Ahora marcan la actualidad política (una función que casi siempre desempeñó El País) y han vuelto a poner en vilo a otro Gobierno. Con la verdad. Con pruebas. 

Me hubiese gustado que en otras ocasiones Pedro Jota y su equipo lo hubiesen hecho tan bien como lo estaban haciendo ahora. Pero no siempre fue así. La mancha negra que llevará en su camisa de Agatha Ruiz de la Prada por culpa de las teorías conspiranoicas del 11M es gigante. Hizo mucho daño. Y a veces lo sigue haciendo de manera desvergonzada y cruel. 

Su marcha es una incógnita. Se barajan muchas opciones. Yo me quiero creer la versión de aquellos que aseguran que el cese se debe a problemas económicos en Unidad Editorial, que los hay: El Mundo perdió 500 millones de euros el pasado año. Sin embargo, es inevitable pensar en el papel que ha jugado el Gobierno de Mariano Rajoy en todo esto. Si es así, es otra de las muchas muestras de que esta democracia está totalmente podrida y que, aunque lo lleve estando muchos años, se empieza a hacer insostenible un sistema que vulnera la libertad de prensa de esta manera. 

La marcha de Pedro Jota, aunque seguirá escribiendo en El Mundo todos los domingos, es una mala noticia para el Periodismo, para la Democracia y para esa sociedad que anhela respuestas y responsabilidades. Han comprado su silencio por 20 millones de euros tras firmar un acuerdo con Unidad Editorial en el que se compromete a no hacerles competencia durante tres años. Otro gesto feo de Pedro José, que después de culpar al Gobierno de su cese vende su libertad de expresión por un dinero que, apuesto mi brazo izquierdo, no necesita. Aun así, espero que vuelva con otro proyecto entre manos. Desgraciadamente hace falta.

Acabo con las mismas palabras que Melchor Miralles le dedicó ayer en su artículo: "Nos quedan muchas ráfagas de pasión por el oficio y la búsqueda de la verdad. Pero sí, la noticia es mala para nosotros, porque es buena para el Gobierno y para aquellos a los que sirve el Gobierno. Una putada". 

Hasta luego, Pedro Jota. 

lunes, 1 de julio de 2013

Sit tight. Take hold. Thunder Road.

Hace exactamente una semana comenzó mi peregrinación hacia lo que, hasta la fecha, ha sido el mejor viaje de mi vida. Lo supe nada más pisar Gijón y lo supe nada más ver El Molinón por primera vez, convertido en templo Brucista después de lo que ocurrió el miércoles. 

Recorrí los casi 2.300 km que separan Tenerife de Gijón por el mismo motivo que recorrí hace poco más de un año los más de 1.700 km que me separan de Madrid: volver a levantar la mano hacia el cielo de la ciudad de turno y gritar buscando la redención por no poder saborear más a menudo la orgía de felicidad que supone este ritual, volver a ver en directo al dueño absoluto de la banda sonora de mi vida, volver a sentir cómo mi cerebro libera endorfinas, volver a liberarme. Volver. 

Otra vez conocí gente. Y qué gente. Con Suso, Nando, Jorge, Sofía, Bea y Chiqui corrió la sidra, la cerveza y hasta una hostia en los columpios. Cayó una noche en el parque con la agradable compañía de una guitarra y bajo el ¿místico? sonido de los putos pavos reales. Cayó también un elogio al horizonte en forma de quemaduras de tercer grado en nuestra nariz. 

Pero si algo marcó nuestras vidas, o al menos la mía, fue lo que pasó el miércoles por la noche. A eso de las 21.30 en mi interior se produjo una cicatrización de una parte de mí, probablemente de esa herida abierta que el Jefe se había encargado de no cerrar hasta que lo volviese a ver. Allí ocurrió algo grande, una comunión entre Bruce, los que estábamos allí, la vida y yo. 

En mis escasos años de vida logré acumular algo de rabia y algo de ira, pero os aseguro que desaparecieron por completo con cada grito y con cada palabra que fui capaz de vociferar. Durante muchos momentos de la noche, el Universo dio paso a una calma interior que nunca había experimentado. A un estado nirvanesco de nuestras almas. La de Bruce, la de las personas que estábamos allí y la mía. Mi alma. 

Contemplamos el poder sobrehumano de un hombre, de un líder espiritual que había logrado tejer entre sí con un fino hilo de fraternidad (porque allí todos éramos Blood Brothers) a las más de 30.000 personas que clamaban su nombre. Bruce. 

Salté con My Love Will Not Let You Down como el 17 de junio de 2012 lo hice con Badlands. Y, aunque nunca fui capaz de imaginar que podría escuchar en directo Better Days y Ain't Good Enough For You, puños al aire, lo celebré como si me hubiese tocado la jodida lotería. 

En El Molinón la resignación a la triste y lamentable situación económica no tuvo lugar durante Jack of All Trades, The River (que otra vez fue capaz de que en mi garganta se formase un nudo de dimensiones siderales) y Atlantic City. De nuevo, Bruce tomó ese papel de símbolo de la clase obrera, de hombre enfadado, de protector. Vivimos uno de los tramos más intensos de toda la velada, en donde su cólera e indignación fluyó por la espina dorsal de todos los que estábamos siendo partícipes del descomunal derroche de energía que el de Nueva Jersey nos estaba regalando.

Y es que nos perteneció la noche. Because the night belongs to lovers. Because the night belongs to us. Les perteneció tanto a los que habían conducido toda la noche como a los que habíamos volado muchos kilómetros únicamente para escuchar ese solo de saxo de Jake Clemons en Drive All Night. A los que celebramos con una euforia infinita la apoteósica salida nocturna de Rosalita y a los que saboreamos las Malas Tierras, ahora reconvertidas en Tierra Prometida. 

Durante Radio Nowhere Bruce comprobó que sí que había alguien vivo ahí fuera, alguien a quien merecía la pena obsequiar con felicidad. Porque os aseguro que no hay ningún momento más feliz en la vida de una persona que asiste a un concierto de Bruce Springsteen que el momento en el que levanta las manos, las agita y proclama que ha nacido para correr. Y si encima consigues acariciar la mítica Fender... suspira: algo grande acaba de ocurrir dentro de ti. 

Tras casi tres horas y media después de haber bailado en la oscuridad durante las siete noches de la semana, hubo tiempo hasta para un final con aires festivos. Twist and Shout y Shout cerraron el concierto. O no. 

Me encantaría poder relataros el momento más especial de mi vida, que incluso tuve la oportunidad de compartir, pero encontrar las palabras adecuadas me supone tanto esfuerzo que hasta duele. Nunca seré capaz de explicar lo que pudo significar que el hombre que marca el ritmo de mi vida saliese armado sólo con su guitarra acústica y su armónica e interpretase, acompañado de un silencio sepulcral, la canción de mi vida. 

En Gijón mostramos fe y hubo magia en la noche. Como nos enseña Thunder Road. Como nos enseña Bruce Springsteen. Como nos enseña la vida. 

sábado, 10 de noviembre de 2012

129

Desde hace tiempo tengo bastante claro qué quiero ser y en dónde. El “qué” es periodista y, aunque ahora que ni siquiera he empezado la carrera y parezca hasta utópico, El País siempre fue el dónde.

Mentiría si dijese que no me duelen sobremanera los ERE, a pesar de que no conozco personalmente a ninguno de los afectados. También me duele la herida que arrastra el periodismo en este país desde hace años. Una herida que parece que jamás dejará de sangrar.

Becarios que deberían llamarse hermanitas de la caridad, trabajadores con un sueldo de risa, intrusismo laboral y directivos que cobran más que toda una redacción junta.

En la Cadena SER hubo el pasado verano 200 despidos, la TV de la Comunidad Valenciana anunciará este lunes otros 1198, Unidad Editorial (Marca, El Mundo y Expansión) antes del 31 de diciembre comunicará a 150 empleados que no deberán volver a desempeñar su trabajo, Vocento busca desesperadamente la fusión con otra empresa para salvarse de la catástrofe. También es conocida la historia de Público: ha dejado de sacar su edición impresa y se vio obligado a realizar un ERE de 39 trabajadores. Desde 2009 más de 9.000 periodistas han engordado las listas del paro.

129. Esa es la cifra. Podría ser el número de veces que Cebrián debería bajarse el sueldo o la cantidad de ocasiones en las que debería pedir perdón. Pero no. Es el número de periodistas (algunos como Miguel Ángel Villena o Ramón Lobo) que han sido avisados de la tragedia mediante email un sábado por la tarde y a los que se les aplicará la nueva reforma laboral. Mientras, Juan Luis seguirá jugando a ser un corderito de Wall Street mientras se embolsa 13 millones de euros cada año. La vergüenza es poca.

Ahora sólo nos queda ese periódico en el que Boris Izaguirre escribe cómo va vestido Sergio Ramos y en el que personas como Enric González ya no tendrán cabida. Hoy muere, y me hastía el alma, una parte de todos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Del Santiago Bernabéu a la Tierra Prometida

Podría escribir este post cien años después que las sensaciones al recordar un solo segundo del concierto serían exactamente las mismas. Lo cierto es que no sé ni por dónde empezar.

Las 12 horas que estuve en las alrededores del Santiago Bernabéu haciendo cola o esperando a que pasaran lista, parecieron no merecer la pena cuando a las 21:00, hora a la que se suponía que tenía que empezar el concierto, tenía los gemelos cargados, las rodillas agarrotadas y una pierna dormida. 
Fue entonces cuando sucedió. El Universo se debió alinear con la perfección a las 21:34 y proyectó en el escenario las figuras de ÉL con ELLOS y, claro, dejó de dolerme todo. 

Si habéis ido a conciertos o a cualquier acto multitudinario en donde la gente tiene algo en común contigo, sabréis que de las cosas más gratas que hay es conocer gente y las historias que llevan consigo. Para vuestra información, antes del concierto, tres números por delante, estaban los portugueses que habían conseguido con su cartel que Bruce tocara en Barcelona Prove It All Night con la mítica intro que no hacía desde el 78. Detrás de mí había un gijonés que había recorrido medio mundo haciendo Dios sabe qué y con Dios sabe quién. Después conocí a otra chica que venía de Ibiza, a cuya hermana le había dado una lipotimia. Pero el señor de gafas que estaba a mi lado... ese fue el mejor. Había visto a Springsteen 19 veces, casi siempre solo. "Siempre se conoce a gente", decía. "Cada vez que voy a un concierto mi mujer se enfada, llevo diez años diciéndole que es la última gira y este tío no para nunca. Una vez le dije que íbamos a Valencia con la excusa de pasar un fin de semana allí, pero yo iba a ver a Bruce". 

De esa manera amenicé la espera hasta que salió El Rey León con la camada de bestias indomables. Ya me había advertido el mismo señor de gafas (y yo misma lo había visto miles de veces en vídeos de YouTube), que como tocase Badlands para abrir el concierto, el estadio se vendría abajo. Y así fue. Las 60.000 almas que saltaron al ritmo de las Malas Tierras pudieron saborear La Tierra Prometida, para después no rendirse durante lo que quedaba de noche. 

Durante la noche todos observamos un tramo de completo éxtasis con YoungstownMurder Incorporated y She's the One después tocar una impecable Be True, pasando luego por un Waitin' on a Sunny Day alegre y ameno, que cantó con un niño de apenas dos años, que sintió la envidia de tantas personas como allí se encontraban. 

El concierto tuvo sitio hasta para el hombre más extraño que Springsteen haya conocido jamás, según sus propias palabras. El gran Southside Johnny se unía a la fiesta para interpretar, entre risas y compadreo, Talk to Me. 

Imagino que sabréis la historia. Ignacio era un fan que iba a asistir al concierto, pero murió dos semanas antes por culpa de un tumor. Su familia y amigos movilizaron las redes sociales con el objetivo de que el de Nueva Jersey tuviese unas palabras para él.
De repente, llegó el momento que siempre voy a recordar como uno de los más especiales que jamás haya yo vivido. Las luces se convirtieron en azules y Bruce dedica la canción a Nacho. Ya antes de que sonara la armónica, mis ojos se tornaron vidriosos, empezó The River y el río empezó a fluir por mi rostro.

Por cierto, cómo me gustan las luces azules... la siguiente vez que se iluminó el escenario de ese color sonó una Thunder Road enorme. Un saludo a la señora que estaba al lado mío cuando Bruce ha tocado las primeras notas. Debió pensar que me estaba dando un ataque al corazón, de esos que te dan por sobrepasarte con las emociones, cuando tu corazón va más rápido que tu cabeza o cuando estás a 50 centímetros escasos del Boss. 

Springsteen nos condujo desde la Carretera del Trueno a los bises. Brutales. Escuchar Born to Run de esa manera o soñar despierta con que Bruce te saque a bailar en Dancing in the Dark, aunque no lo hiciese, mereció mucho la pena. Después de Twist and Shout (también con Southside) y 3 horas y 48 minutos de concierto, el más largo de su carrera, nadie se acordaba ya del dinero de la entrada. De hecho, los que estábamos allí estafamos a todos aquellos señores que estaban subidos en el escenario. Es así. Nadie más ha dado nunca tanto por tan poco. Y es que...

<<Madrid! You've just seen the heart-stopping, pants-dropping, house-rocking, earth-quaking, booty-shaking, Viagra-taking, love-making, le-gen-dary... E STREET BAND>>



martes, 12 de junio de 2012

El absentismo laboral de la señora Democracia

Situación surrealista la vivida hoy en el Congreso de los Diputados de Madrid. El PP de Valencia, usando a un portavoz imputado en la trama Gürtel, ha abierto un estéril debate durante una hora, teniendo la intención de castigar la afrenta y el ultraje a la bandera, al himno nacional y a la Casa del Rey durante los actos deportivos. 

No seré yo quien defienda que en estos tiempos de debilidad y malestar económico en la cámara sólo se hable de soluciones para la economía, pues pienso que no hay que volcarse de lleno en una materia y descuidar todo lo demás. Pero no voy a tolerar que se hagan propuestas que vulneran la libertad de expresión de cada persona, animal o pistacho mientras se eluden temas de vital importancia y nos venden fracasos como épicas victorias.

Lo absurdo del asunto ha hecho que el presidente del Congreso pidiese a su propio partido que retirase la propuesta por incompatibilidad constitucional.

Un partido que nace en democracia y que consigue el poder gracias a la democracia no puede ir en contra de ella. Y eso ha pasado hoy en el Congreso. Me pregunto si pensaban llamar a la Policía del Pensamiento de Orwell para preservar el "prestigio" del Estado Español o si les iban a dar un pin a los numerosos grupos ultras autodenominados fascistas que no paran de cantar el alegre "Viva España" de Manolo Escobar.

La politización del deporte me asquea. Sea de izquierdas o de derechas. El deporte nació para unir y los grupos ultras, a los que, lamentablemente, los equipos acceden a darles cabida, deben desaparecer de los recintos deportivos.

Cruzando el Mediterráneo vemos como a Grecia le llegan noticias desde Bruselas hablando sobre un posible corralito financiero. Analizando la situación te das cuenta de que es sólo una mera estrategia y que lo único que pretenden es instaurar el miedo de cara a las elecciones. A Europa no le interesa que los partidos, hasta hace unos meses minoritarios, se hagan con el poder. Les interesa que el bipartidismo continúe y que sigan siendo obedientes con las políticas dictadas desde Alemania, Bruselas o sólo Dios sabe dónde. Pretender que una población tenga pavor a unos resultados electorales deja entrever la falta de predisposición que tiene la Unión Europea, antaño admirada, en que el pueblo sea soberano.

Democracia, me gustas. Y ya no porque estés ausente, sino porque parece que nunca más a volver a ser tú.